Mi querido vasito

vaso.jpegHace algunos meses luego de vivir el momento mas tenso que una madre puede imaginar, nació este inesperado  y divertido título, el cual hoy luego de un pequeño jalón de orejas del de arriba y no me refiero necesariamente  al vecino del 303;  cobro nuevamente vigencia y quise compartir con ustedes.

Todo empezó a fines de verano cuando mi pequeña princesa de 11 años, luego de haber pasado un hermoso día en el bowling y  gracias a  un dolor inesperado,  entrada la noche se hallaba en la sala de emergencias de una clínica local. Si bien no era la primera vez que caíamos ahí,  esta vez al parecer no era una falsa alarma y mi enana trataba de ahogar sus penas y ocultar sus miedos hablándole a un vaso descartable cuyo único contenido,  era agua de bidón.

Observándola,  temerosa Yo pero con cara de que aquí no pasa nada, me puse a pensar que simple puede ser la vida hasta en esos momentos difíciles para un niño , como toman  la misma con una inocencia maravillosa,  como  la sola presencia de sus padres lograba tranquilizarla y de que manera tan sencilla canalizaba su angustia con algo tan simple ,como ese al que llamo “Mi querido vasito”.

Solo por un instante imagine cuan distinto podría ser el monologo de  esa dulce niña, frente al de un hombre en un bar con el mismo vaso ahora de vidrio y lleno de licor.  Digo esto porque la verdad en ese momento , era tal mi preocupación porque mi princesa,  no sintiera dolor y saliera con bien de la operación que imaginar el monologo que yo tendría frente  ese vacito medio lleno jamás para mis ojos medio vacío, aquel que nos escucharía silencioso y sin refutar razones, era impensable.

Hoy nuevamente rumbo a urgencias y aunque me de un poco de vergüenza debo  reconocer la asustada era yo, si bien no tenía enfrente a aquel vasito sino  como único acompañante el volante de mi fiel Silverio (llámese mi auto plateado), pensé en las mil cosas que podría decirle, también pensé en la dulce niña que inspiró el titulo y en la hermosa y madura joven que escéptica se reiría del mismo.

Es ahí cuando ya en urgencias un poco más serena a pesar del cambio de diagnostico pero con la tranquilidad que mi hermana se hallaba afuera expectante, llego a mis manos un vasito descartable con similar contenido y arranque con el antes impensado  monologo, obviamente en silencio porque sino quizá pensarían que me había vuelto loca y en vez de traer un cardiólogo me hubiesen trasladado a un manicomio.

vaso_meido_lleno.jpgFue así,  como luego de mirar a ambos lados me dije porque no, somos solo Tú y Yo “Mi querido vasito” Si. soy  Yo la madre preocupada que se burlaba que te hablaran, dirigiéndome ahora a ti,  para pedirte calma, aquí hay gente en condiciones peores que la mía, ya verás que pronto salimos de esta y espero que ellas también.

Debo reconocer que estoy asustada dije secándome las lagrimas, no todos los días a uno le conectan mil aparatos y te dicen que al parecer no es lo que pensabas, sola lejos de los que mas amas. Luego tratando de darme ánimos le dije: Al menos no me dijeron que estaba loca, eso ya lo sabíamos pero no pensé que se pudiera estarlo más, mírame tú hablando ahora con un vasito  al menos de algo estaba segura habría perdido por un momento la salud pero no el humor, eso era un buen indicio.

Ya de regreso a casa con mi hermana, luego de confirmar que tan solo fue una falsa alarma, con más tranquilidad me puse a pensar en ese vasito y en todas las historias que muchos de ellos habrán escuchado; ya sea en la barra de algún bar, en casa, en la sala de espera de urgencias, en un cuarto de hotel, en algún restaurante o en un parque cercano.

Cuantos momentos de júbilo habrán compartido, cuantas penas habrán llorado, cuantas historias de amor escuchado, lagrimas de desamor ahogado, y hasta quizá cuantas veces hayan sido únicos testigos de las últimas horas de algún alma atormentada.

Si hoy tuvieras enfrente a ese «Mi querido vasito « imagínatelo  con tan solo agua en su interior, sin rastros de alcohol con todos sus sentidos dispuestos en silencio, sin reproches, sin preguntas, y mucho menos refutando tus razones, que le dirías?

Yo hoy luego del pequeño remesón, quizá deje por un momento el agua (porque a mi pesar ya no podrán ser  Coca Colas ni Redbulls) y posiblemente le ofrezca un poco de champagne diciéndole:

-Que estoy agradecida por la hermosa familia que tengo,que estoy agradecida con la vida  porque en este año recupere muchos amigos y me abrio los ojos apartando a otros del camino. Que hoy y siempre le veré medio lleno,  jamás medio vacío; Que estoy segura que aún nos falta muchos brindis por hacer, muchas cosas por festejar y porque no muchos tragos amargos aun que ayudarme a pasar; Que  aquí seguiremos de pie siempre con una sonrisa, orgullosas de lo ganado, sabias con lo aprendido y luchando palmo a palmo por un mañana aun mejor, siempre mirando de frente el sol entre las nubes y tendiendo una mano amiga a quien lo necesite inclusive a ti «Mi querido vasito»

 

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