¿Alguien más está pensando que en estos tiempos es más fácil encontrar un unicornio rosa que alguien dispuesto a comprometerse emocionalmente?
¡En serio, a todos los que crecimos bajo el hechizo de Disney (y somos varias las generaciones engañadas), jamás se nos pasó por la cabeza si la Princesa sería feliz sin un Príncipe. Mucho menos nos pusimos a pensar si realmente encontraría a su príncipe azul, y menos aún a cuestionarnos si el mismo estaría emocionalmente disponible. Con tal el príncipe y el felices por siempre llegaban siempre juntos, por añadidura.
#PinchesCuentos! Con el tiempo nos dimos cuenta que no somos princesas, aunque nos lo creamos y que los príncipes azules no existen, que las mujeres somos muy felices también SOLAS y que no necesitamos que ningún pseudo príncipe o galán de novela venga a rescatarnos en un caballo blanco. Que lo podemos TODO o casi todo, que andar besando sapos no tiene ningún sentido, salvo que quieras pegarte una herpes o algo peor. Y no solo eso, para rematarla en esta era moderna descubrimos que los índices demográficos al menos en Latinoamérica, no nos colaboran (escasez hermana, le llaman) .
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No hay poder mágico, ni fuerza mas grande que «Creer en ti» incluso cuando otros hayan dejado de hacerlo.