Ni sapos encantados, ni princesas sin corona.

 

11-1

Cuantos Sapos tenemos que besar nosotros princesas modernas, hasta encontrar a nuestro príncipe Azul. Alguien lo sabrá? Existirá un muchos o pocos?. Hasta ahora yo no lo sé (y eso que he besado a varios sapos en mi vida).

De lo que si estoy segura, que aunque Disney nos haya vendido la historia del encantador príncipe azul , que valeroso cabalga en busca de su princesa en apuros, este es solo una leyenda.

En estos tiempos modernos en que la especie masculina, al menos en este país, parece estar en peligro de extinción, donde los pocos especímenes que quedan, en su mayoría están comprometidos y otros, lo que es peor aún compiten por ganarse el trono y no precisamente de Rey sino de una auténtica Reina. Encontrar  una aguja en un pajar, sería mucho más fácil. Además esta escasez , ponerse a besar sapos, ya no tiene mucho sentido y esta pasado de moda .

Así es mi querida princesa sin corona, estos devaluados animalitos, por más que los llenes de besos, no pasarán de ser unos babosos y verdes anfibios. (Muchas veces literalmente) y por más que intentes y te aferres a la idea, jamás se convertirán en el príncipe de tus sueños, a lo mucho en una historia más, una lección aprendida y en los peores casos en el protagonista de una de tus temidas pesadillas.

Así es por más que intentemos cambiar con un romántico ósculo su ADN, no habrá ningún argumento mágico que valga.

Como ya lo he descrito en varios artículos estos escurridizos batracios se tomaron en serio ser los protagonistas de más de un cuento y algunas fábulas y con el pecho hinchado cual injerto de pavo, lejos esperar a la princesa que los convierta en príncipe, muchos andan de charco en charco en búsqueda de damiselas confundidas o en el mejor de los casos los confundidos son ellos, y claro está es ahí mientras más esquivo más pegadas como chicle andamos.

Es que acaso no se han dado cuenta que a las mujeres nos activa el chip este tipo de animalitos. Como si hubiésemos nacido con una vocación de cambiar el mundo o por lo menos a ellos.

Claro está que el pantano se encuentra lleno de algunos que te lanzan flores, piropos, te ponen alfombra roja y sueñan con convertirte en la princesa de su castillo, pero “No” bien fieles a nuestro ADN femenino, o acaso a nuestras raíces (más me pegas con el látigo de tu indiferencia, más te quiero) andamos atrás del sapo pecho de pavo y los sapos Romeo, son los que menos miramos.

Deberían ponerles luces de bengala o cubrirlos de alguna poción mágica, porque por lo general mientras más nos persiguen, más corremos. (Obvio cual novia fugitiva, en otra dirección.)

Te aconsejo que antes de ponerte a besar sapos, con la gran excusa que Disney te vendió la idea.  Detente y mira a tu alrededor, puede ser que el tan ansiado “príncipe”  Incoloro,  esté muy cerca, quizá frente a tus propias narices y tú ni te des cuenta.

Seguramente no lo has encontrado, porque andas  buscando o esperando al príncipe azul, tal cual te lo vendieron cada noche en los cuentos de hadas o en alguna bien producida película.

Reconócelo, ya estás  bien grandecita para seguir creyendo en cuentos y fábulas, no? Acaso me dirás que para construir tu casa,  contaste con la ayuda de los 3 cerditos, o que caperucita y el lobo te traen la merienda?

Abre los ojos, los príncipes azules, rojos o amarillos, cualquiera que sea su color, en realidad no existen….Por dios, reacciona! Es como si me dijeras que crees que el perro del comercial, realmente habla…Acaso no te has dado cuenta que es como una buena campaña de marketing,  estos individuos por más buenos que nos los pinten, por más reales que parezcan, “NO” existen. Al  menos no, como no los vendieron.

Entonces deja ya de andar besando sapos sin encanto y buscando príncipes de colores y sin corona.

No vaya a suceder, que por andar en esa infatigable búsqueda dejes pasar a un hombre de verdad, con más defectos que virtudes, pero humano y real al fin y al cabo, dispuesto a darte amor y del bueno, alguien que sume y no reste, alguien que esté dispuesto a jugársela por ti y a demostrártelo cada día.

Aquel con el que escribirás tu propia historia.

Ni Príncipes Ni Sapos. La verdadera protagonista eres Tú.

beso_principe_sapo_cuento_analisisHasta  el día de hoy no puedo entender ese afán desmedido que tenemos las mujeres de buscar al principie azul y creer que si no lo encontramos nuestro cuento  no tiene sentido o  está incompleto.

Nos enfrascamos en su búsqueda, sin siquiera detenernos a ver  los sapos que tenemos cerca, inclusive  a nosotras mismas disfrutando de nuestra soledad.

Aquí estamos nuevamente, preguntándonos; Como podemos reconocer si aquel hombre que hoy nos quita el sueño es un Sapo disfrazado o   el príncipe encantador que la vida nos tiene reservado. Seguir leyendo «Ni Príncipes Ni Sapos. La verdadera protagonista eres Tú.»